miércoles, 11 de julio de 2007

"Usted me obligó hacerlo” del grupo “Alguien” es un aporte al teatro boliviano


Pocas veces la fusión de actores de diversos elencos ha aportado al teatro boliviano una obra tan brillante como “Usted me obligó hacerlo” del teatro Alguien, que está formado por cinco grupos que revitalizan el nuevo teatro joven boliviano.

Esta obra escrita por Javier Soria -de La Casa del Perro- confirma la madurez que el actor y escritor ya había demostrado en sus anteriores producciones “No todo lo que digo es oro” y “La saga de los vampiros”, ésta última en co-autoría con Luís Caballero. “Usted me obligó hacerlo” no es la excepción de esa manera tan exquisita que Javier hace reír con un humor oscuro, que se aprovecha a todas las manías que tienen las personas, de sus taras, de sus obsesiones, de sus depresiones y más, para que sirva no sólo para mostrar al espectador una historia sino reflejarlo irónicamente de una manera maestra que a veces incluso cuesta entenderlo. Pero a los minutos va develando todo lo que había presentado anteriormente, con diálogos tan bien estructurados que luego completan una obra que por sí sola tiene gran valor. Javier construyó este texto en el taller de escritura teatral dictado por el joven dramaturgo y director Eduardo Calla en la Universidad Católica de La Paz el 2006, hasta ahora es el único trabajo que ha sido llevado a las tablas.

En la dirección Denisse Arancibia de Escena 163, fusiona de una manera caótica pero perfectamente conectados, el teatro, sus grandes pasiones, que ya los había plasmado el Ligth, quizá por ello Arancibia se enamoró de él en cuanto lo escuchó (2006 Universidad Católica)

En cuanto escuchó en la presentación de los diversos textos del taller, Denisse Arancibia de Escena 163 supo que ella tenía que dirigir esa obra, quizá sea porque se dio cuenta que el texto de Javier exigía un ritmo ágil, que ella con la ayuda de sus pasiones: la música y el audiovisual, puede brindarle. Y así fue “Usted me obligó hacerlo” tiene un ritmo impresionante, cuando lo vi, por un momento no entendía porque no había una pantalla de soporte pues recurrió a varios elementos narrativos audiovisuales como ser: la composición del escenario sólo se valía de las posiciones y movimientos de sus actores, el flash back que utiliza para recordar un episodio y otros aspectos permiten que la obra esté en permanente movimiento que exige al espectador que no separe la atención ni medio segundo de la obra.

Y si hablar de la actuación se trata, nadie puede concebir que un guión tan bien hecho con la dirección de una persona que piensa en todos los detalles para que sean un todo, no dirija como se debe a sus actores. Pues cada uno de ellos -Marco Villarroel y Cynthia Díaz de Careta de palo, Luís Caballero y Javier Soria de Casa del perro, Claudia Candia de Teatro Zurdo y Bernardo Arancibia de Teatro Grito-, trabajó cuidadosamente a su personaje, y de esa forma los actores que estaban en el libreto de Javier tomaron forma para presentar las psicóticas personalidades que tenían sus personajes. Cuando hablé con Paola Vásquez, de Careta de palo, asistente de dirección, me explicó que la obra estaba planeada para ser presentada el las tablas del Bunker, espacio alternativo, pues éste es más amplio que el Teatro de Cámara el cual no les permitió mostrar la profundidad que la obra exigía. Aún así, los actores se dieron modos para mostrar dicha profundidad y utilizaron el espacio como si fuera una extensión de su cuerpo. La actuación que más destacó fue de Marco Villarroel, quien ya había mostrado lo limpio de su actuación en “A mí me lo contaron” y en otras. En “Usted me obligó hacerlo” demostró las actitudes tanto físicas cono emocionales que le exigía su papel “Beto”.

Usted me obligó hacerlo es una de las obras que demuestra que en nuestro país se puede hacer un teatro de primer nivel y con muy poco presupuesto.

martes, 10 de julio de 2007

El autor de Cuento de Cuculis habla sobre su arte, sus proyectos y odios

Álvaro Ruilova, el historietista boliviano que no se

cambiaría por nadie

Sin lugar a dudas uno de los referentes de la historieta boliviana, es el paceño Álvaro Ruilova, autor de Cuento de Cuculis 1 y 2, donde de una manera muy sencilla y a la vez muy propia nos cuenta historias de “terror” como él las llama, recurriendo a sus personajes preferidos: los moustros y seres sobre naturales, además de mostrar las calles y costumbres paceñas.

En una entrevista que le hice, habló de muchas cosas, desde sus inicios en el arte, pasando por los nuevos proyectos y detalles que no siempre está acostumbrado a contar respecto a sus creencias y a su vida íntima.

Nos encontramos más o menos a las 5 de la tarde, ambos llegamos tarde a la Iglesia de San Francisco. Nos fuimos a un nuevo café cultural del Pasaje de la Cultura, mientras caminábamos él me dijo que no frecuentaba es tipo de lugares, ¿y a qué lugares vas? “No salgo mucho, (…) si quiero un café lo hago con mi abuela, un café tinto siempre es bueno a eso de las 5 de la tarde junto a ella”, con quien —esto lo admitió más tarde, durante la entrevista— tiene una relación muy estrecha, pues su abuela fue una de las personas que más le impulso en el arte y que gracias a sus un y mil historias, Álvaro saca los argumentos para los Cuculis y otras historias.

Al llegar al boliche pedimos dos cafés orgánicos, pues no había de los normales. A pesar de la falta de tecnología para grabar la entrevista, comenzamos al mismo tiempo que encendíamos un par de cigarrillos.

¿En qué momento te diste cuenta que ibas a ser dibujante de por vida?
Desde Kinder me gusta dibujar. Todos dibujaban básicamente, pero yo me destacaba por los detalles. Luego en básico empecé a copiar revistas literarias, donde graficaban historias de Julio Verne, el Capitán de 15 años y otros. También iba al tilín a copiar (las figuras) de los Pintball. Copiaba gráficos hermosos de ciencia ficción. Cuando egresé del colegio me di cuenta que me iba a dedicar a dibujar, y por eso ingresé a la Academia de Bellas Artes.


¿En qué te ayudo y en qué no estudiar en la Academia?
Primero me ayudó a saber mis capacidades para el dibujo. Las prácticas en el aula no, porque también podía hacerlo en casa. Me ayudó a relacionarme con la gente, a tener contactos y hacer amistad con Susana Villegas, ella me enseñó a conocer la historieta. Además, es bueno compararse con otros estudiantes que también dibujaban, eso es muy enriquecedor.

¿Qué influencias plásticas tienes?
Yo —como te has dado cuenta— soy clásico figurativo. Miguel Ángel, los renacentistas, barrocos siempre me han gustado mucho y yo los copiaba. Los contemporáneos nunca me han gustado. Antes de la academia sólo conocía a Miguel Ángel y con él estaba fascinado.

¿Quién te ha motivado para continuar en la carrera y quien se ha opuesto a este objetivo?
Como incentivo he heredado el material de la tía de mi abuela, Selima Ramírez, quien era la primera egresada de La Academia de Bellas Artes y era alumna de Cecilio Guzmán de Rojas, ya te imaginarás de que tiempo te estoy hablando. Yo copiaba su trabajo. Mi padre nunca me dijo que dejara de dibujar pero me impulsaba para estudiar otra cosa, como arquitectura, pero siempre hubo mucho apoyo por su parte. Mi abuela me incentivaba más, ella me compraba libros y me inscribió a un curso libre de dibujo cuando aún yo estaba en colegio.

Has ganado varios premios ¿cuál es el más importante para ti?
El más grande ha sido el SIART arte joven del 2001 porque era una beca la que me dio oportunidad de viajar por Europa. Pero el más grande en cuestión de dinero era el del Premio Unión Latina 2003 porque fue de dinero, de 2.500 dólares, hasta ahora tengo resabios de ese dinero. El primer “Cuculis” hice con ese dinero. El que me hizo conocer fue el de arte joven. También gané en pintura el Pedro Domingo Murillo, esas hermosas épocas dónde no todo era rosca.

Tú eres dibujante y también pintor ¿cuál que técnica te llevas mejor?
Ambas son muy lindas me considero más dibujante porque he hecho más dibujo que pintura. La pintura es más morosa en cambio el dibujo es más fácil porque es más rápido. En relación a la pintura, es cierta pintura la que yo hago, por ejemplo no hago óleo ni tampoco hago acrílico no me gustan mucho. Por eso soy acuarelista, prefiero pintar dibujando…

¿Cuáles han sido tus primeros acercamientos a la historieta?
Yo leía desde pequeño Condorito o Pequeña Lulu, Turok, leía Batman, Súper Man, lo que había en mi casa, de haber sabido que había manga hubiera leído eso. No los leía tanto por la historia sino por el dibujo. Aprendí a dibujar copiando cómics.

¿Qué es lo que te atrae de los manga?
Me gustaba mucho el anime, leí manga recién en la Academia, quedé fascinado, me di cuenta del dinamismo. El manga y el anime son iguales. Lo rescatable del manga es el dinamismo, me gusta eso su manera de narrar más que sus dibujitos.

¿Tus inicios en la historieta fueron con la revista BANG?
Sí…, aunque no —Mientras bebe un poco del café orgánico que nos trajeron recuerda un episodio de su vida—. No se puede considerar mis inicios pero tengo trabajos de historieta desde antes, el 90 publicaba en la Revista Goyi. Era una revista dedicada a los niños iniciándoles a la lectura, lo que yo hacía eran secuencias de dibujos sin diálogos. Fue mi primera experiencia pero no se considera como tal…, aunque estaba publicado puede considerase que sí.

Bang fue más profesional, porque salía con como periodicidad (en el diario Presencia) hacía que trabaje más, pero no me lo tomé muy enserio, algo que me arrepiento.

¿Por qué crees que fue así?
(…) Como eran mis inicios tenía la capacidad técnica, (pero) me cagaba porque las dos páginas que me tocaban las hacía un día antes.

¿En qué te benefició?
Me ayudó porque comprendí que la historieta era el medio perfecto para expresarme. La pintura no me permite contar historias grandes, yo necesitó más espacio para eso. Necesito diálogo y gráfico.

¿Muchos enmarcan tu trabajo en el fantástico urbano, tú lo crees así?
No creo que sea necesario darle un nombre. Lo que a mí gusta es el surrealismo secuencial. Es cierto que yo manejo varios elementos urbanos pero no me gusta encasillarme el urbano.

¿Cuánto tardaste en realizar los cuculis y qué es lo que te costó más?
8 meses desde lápiz hasta la pintura. En el dibujo lo paso fatal. La 2 (El partido de la oscuridad) no salió como yo quería.

¿Y en cuestión de la historia?
No es bueno entretenerse en la historia, porque puede complicarse, termina siendo tan grande que lo abandonas.

¿Leí en el periódico que el Cuento de Cuculis 1, “Noche de mercado”, es considerado como un betseller de la historieta boliviana, que piensas de ello?

Por un lado es bueno, pero llamar un betseller a un tiraje de 1.000 es una tontería. Yo quiero que se llegue a eso. La idea de la historieta es llegar más gente, por eso el primero se vendió barato para que mucha gente conozca mi trabajo, (…) es eso lo que me interesa que la gente conozca mi trabajo más que a mí.
Tengo la intención de reeditar el número 1., volver a retomar la ilustración el dibujo o arreglarlo digitalmente, darle el aspecto del 2.

¿La presentación del 2, “El partido de la oscuridad” te agrada más que el primero?
Ciento por ciento. La Nº 1 me daba vergüenza distribuirla. Una parte no se leía bien, aunque la gente me dijo que no era así. Si yo hubiera comprado no lo hubiera leído. Hay errores en el desarrollo, mucho texto.

Prometes en la contratapa del reciente cuculis qué va haber cuculis Nº 3 ¿Cuándo sale?
Va haber cuculis 3, pero ahora estoy agobiado con el color. Además, tengo otra historia que Cachi Kieffer y Frank Arbelo están interesados en publicarlo, es de 100 páginas, a blanco y negro a tinta. Espero terminar el guión finales de julio y poder lanzarlo entre diciembre y febrero del año que viene.

¿Va a ser igual de terror?
Va a tener más humor

¿En cuantos números va a consistir la serie de Cuentos de Cuculis?
Me gustaría hacer cinco cuculis. Aunque tengo más historias de terror. Mi idea era hacer más pero, con el otro proyecto, no me da el tiempo. Quiero trabajar medio tiempo en dibujar (otras cosas) y el otro medio tiempo a la historieta. He descuidado a la pintura por le tiempo y por hacer el cuculis.

¿Y tu novela gráfica cuándo sale?
¿Uy! eso yo creo que unos 3 años o más No hay una idea seria aún, sale en el caso que pueda sostenerme. Es lo mejor que he hecho, es triste saber que lo mejor que he hecho no está publicado. La idea es reunir dinero y fraccionarla en pequeñas revistas de 11 números, más o menos cada una de 22 páginas.

¿En qué etapa del trabajo vas?
Ya está todo

¿Entonces, qué falta?
Pasar a limpio, yo creo que eso me va a llevar uno 3 años y eso más.
Pasando a detalles que no retratas en tus pinturas ni relatas en las historietas ¿Qué es lo que más odias en la vida?
—Se queda callado unos segundos—“La injusticia. No me gusta para nada, en cualquier sentido, en cualquier forma. Sí si que odio eso”.

¿Y lo que te trae paz?
—Nuevamente hace una pausa— No sé, nunca me lo había planteado. Hay momentos que te brindan paz (…) pero nunca son los mismos. Trabajar me trae paz, si lo hago bien.

¿Y el amor tiene algún espacio en tu vida?
Lo he descuidado demasiado, no sé lo que es amar, no le he descubierto aún. Incluso a esta edad no me importa mucho.

¿Qué música escuchas?
Rock, pero no es rock tan pesado, no sé si es rock and roll, no sé de estilos.

La influencia que Álvaro tiene de la literatura de terror es clara cuando uno se sienta leer Cuculis Noche de mercado o su reciente obra El partido de la oscuridad, entre su escritores preferidos están: “Alan Poe, Lovecraft, Tomas Hanys, William Peter Blatty y últimamente Stephen King, es genial muchos lo odian por ser yanquie pero tiene una forma de narrar muy buena”.

¿Si no fueras dibujante qué serías?
No me veo haciendo otra cosa. Me siento muy conforme y feliz no me arrepiento de nada.

¿Crees que como persona te debas algo?
Creo que necesito hacer más dibujos. Contar más historias, solo dibujar.

¿Has considerado alguna vez, trabajar con algún guionista?
Mi trabajo de guión a la gente le ha gustado, si me diera cuenta que mi falencia es el guión pues llamaría a otro. No soy tal mal guionista. Hay un guionista de Cochabamba con el cual me gustaría trabajar.

Qué religión profesas?
Soy agnóstico creyente. Soy católico de conveniencia, cuando lo creo necesario, no soy de los que van rigurosamente a misa.

¿Qué opinas del actual Gobierno y la nueva política?
Tengo fe, no hay de otra por eso lo hemos puesto en el Gobierno (…) Era necesario un cambio estoy contento con el cambio. Creo en un estado justo, capitalismo, socialismo o lo que sea, pero justo (…).

¿Por qué nunca has hablado de la política directamente en tus trabajos?
No me interesa la política en mi trabajo, pero es inevitable no inmiscuirse.

Su abuela: la complice de su arte

La importancia de su abuela en la vida de Álvaro es muy importante, no sólo en la vida cotidiana sino también en su desarrollo como artista plástico. Pues él no necesita ir a comer fuera de su casa para degustar de deliciosos manjares ya que “el Falso conejo de su abuela y todo lo que ella cocina es rico”.

Tu relación con tu abuela es muy cercana ¿no?
Mi abuela hasta cierto punto me consideraba como su hijo, porque como ella sólo tuvo hijas siempre quiso un varón (…) Pasé mucho tiempo en su cuarto ahí dibujaba me llevaba un tablerito para que pueda dibujar sobre él.

Sus odios y admiraciones
¿Si tendría que mencionar autores plásticos e historietistas bolivianos con los que te quedas ¿quiénes serían?
Raul Lara, Mario Conde, Susana Villegas.

¿Y quiénes son los que no te agradan?
Cuáles, mm… Gastón Ugalde y Roberto Valcárcel, como me emputan, como los odio, no tanto por su trabajo sino como personas y por su filosofía, si cerraran su boca y trabajarían más estaría bien.
Su mirada al movimiento historietil boliviano y al Encuentro de historietas

Álvaro junto a Susana Villegas y a Edwin Álvarez fueron los primeros en sacar una revista dedicada únicamente a la historieta, el desaparecido Bang en el diario Presencia, el año 1999 cuando la historieta boliviana ni se conocía en el país. Luego, desde la incursión del fanzine, se publicaron a partir de 2005 historietas con el sello boliviano. Actualmente se tiene aproximadamente más de 15 publicaciones dedicadas a la hiostorieta, con todo tipo de contenido y técnicas, como se ha podido ver en Quinto Encuentro Internacional de Historietas, en el cual participaron varios grupos. En dicho Encuentro Álvaro fue invitado nacional en su tercera versión el año 2004.

¿Cómo ves el movimiento comiquero boliviano?
Hay dos apreciaciones sobre eso:
1) es rescatable que haya interés, entusiasmo. Es bellísimo que la gente quiera expresarse sobre la base a la historieta. 2) La historieta (boliviana) en su mensaje bastante pobre. Pocas autores tienen la intención de contar algo.

¿Cuál crees que es la contribución del Encuentro de Historietas a todo este movimiento?
Es fabuloso que haya un Encuentro de historietas. Yo sé que los organizadores se rajan haciendo esto. Pero es muy elitista, muy europeizado. No hay de otra está supeditado a las embajadas por el presupuesto. Es inalcanzable para cualquier lector. Es bastante perjudicial que tenga esos tintes para el mismo encuentro.

Su trabajo es un homenaje a La Paz
Álvaro se declara Paceño acérrimo “estoy enamorado de La Paz, no creo que sea feliz en otro lugar.”, por ello es que en su trabajo —tanto en su pintura como en su historieta— hace todo lo posible para mostrar —cual si fuera una fotografía— su arquitectura, su gente, sus miedos, su forma de hablar y su idiosincrasia.

Susana Villegas:

“Álvaro en la historieta expresa sus amores más genuinos”

Susana Villegas historietista boliviana y amiga muy cercana de Álvaro, quienes junto a Edwin Álvarez sacaron casi quijotescamente el primer suplemento dedicado a la historieta boliviana “Bang” habla un poco sobre él.

¿Qué puedes decir del trabajo de historieta de Álvaro?
Álvaro como autor de historietas expresa deliciosamente sus amores más genuinos. Entre los que puedo mencionar están su amor por esta ciudad, especialmente, por los barrios populares con todas sus pintorescas características y que con tanto gusto y placer retrata en cada de una de sus detalladas y bien pensadas viñetas, todo esto a través de su ya esencial recurso del hiperrealismo pero, eso sí, con personajes caricaturescos.
Debo hablar también de su querer por los géneros del terror y la comedia gratamente combinados en relatos especialmente concebidos para ser de lo más entretenidos.
No debo olvidar su gusto por retratar a los personajes típicos paceños y por diseñar seres fantásticos sui géneris.
Tal vez todo lo que digo es obvio, pero sólo quería relevar el por qué es el estupendo autor de historietas que es.

Tú que lo has conocido en la Academia de bellas Artes y en sus inicios, tanto en la pintura como en la historieta, háblanos de la evolución de su trabajo.

Cuando conocí Álvaro, ya dibujaba y pintaba así de bien y era evidente que tenía un gran talento y que iba a dar mucho de qué hablar, se veía que se manejaría como un as en cualquier disciplina dibujo- pictórica en la que quisiera incursionar.
Fui conociendo más a mi buen amigo Álvaro y me di cuenta que era un apasionado, entre otras cosas, del cine, los videojuegos, la literatura y por supuesto de lo cómics, acerca de todo esto la mayoría de las veces era un crítico muy objetivo además de un estudioso minucioso y un tanto obsesivo.

Todos estos años ha adquirido algo que es vital para cualquier artista: la madurez en el oficio, tanto en la pintura como en la historieta .Y me refiero a madurez a un conjunto de destrezas logradas por un trabajo y estudios constantes, por ejemplo ha logrado ya una maestría técnica envidiable, ha alcanzado un estilo absolutamente reconocible tanto en la parte formal como en su manera de contar historias, porque Álvaro ya tiene un sello personal.

¿Crees qué es el mejor historietista boliviano y por qué?
Sí, porque su obra destaca de lejos ya que tiene calidad en todos los aspectos: sus historias son interesantes, están muy bien narradas y las gráfica de manera excepcional.
Sin duda está a la vanguardia de todo el movimiento porque se ha planteado y ha realizado con éxito los proyectos más ambiciosos dentro de todo lo hecho en Bolivia en cuanto a historieta. Por las características de su trabajo ha llegado a establecer pautas para todos los que se dedican a esto y me parece que seguirá en el mismo camino.
Otra cosa importante es que se ha salido desde un primer momento del quehacer aficionado, de la onda del fanzine, Álvaro se saltó esta fase para encarar el trabajo de hacer historieta como un verdadero profesional, lo que se manifestaba, en un principio, por su actitud y a estas alturas por los evidentes resultados.

Si tendrías que mencionar algún defecto de Álvaro ¿cuál priorizarías?
Pues sí, y te digo uno que él mismo ha reconocido, Álvaro es un tanto mimado.



Si quiere ver más del trabajo de Álvaro o adquirir sus Cuentos de Cuculis visita http://cuentoscuculis.blogspot.com/

viernes, 6 de julio de 2007

Los Tuberculosos vuelven a reunirse

La noche del miércoles no sólo sirvió para recibir el nacimiento de este boliche, ni esperar al nuevo año aymara, sino también para que los integrantes de la banda Los Tuberculosos —quienes hacen música y se auto piratean— se reúnan, después de que varios meses estaban fuera de la escena, debido a discusiones peleas internas, pero horas antes de la inauguración se reunieron para solucionar las cosas. Así que a eso de la 1: 30 de la madrugada del jueves, los músicos se pusieron frente a sus respectivos instrumentos y cuando los ritmos de la batería se dejaron escuchar, apareció como bala de cañón Fabián, el ex baterista de la banda, y empezó cantar estruidosamente, como sólo a él le sale. No sólo fue la sorpresa para la gente que estaba ahí con ganas de reventarse, sino también para Daniel, Xavier Pino y Chori, integrantes del la banda.
Vicky no podía disimular su alegría, “justo en la inauguración del boliche, que lindo ¿no?” expresó minutosmomentos antes que el grupo tocará. Así como tampoco pudo evitar ser parte del pogo que se reventaba con las distintas canciones (foto).
Las solicitadas fueron PTJ Policía te jode y Soledad.
Para saber la ideología de los tuberculosos y escuchar algunas cancioncillas pueden visitar a http://www.myspace.com/lostuber
Café, librería, espacio, rincón, restaurant, hueco, lugar, bar, paraje, khatu, vinos y más en la Pérez Velasco

El aún café sin nombre espera


todos y a todas que


necesitan un espacio


propio para gritar




Una alternativa no sólo para tomar una café barato sino para escabullirse a un mundo donde se pueda conocer diversos modos de expresión que tiene la gente de El Alto y de La Paz, eso es el nuevo boliche, que entre copas, Vicky Ayllón, Rubén y Chicho decidieron armar para que en el centro de nuestra ciudad existan lugares donde se puedan realizar distintas actividades, tanto culturales como políticas.

El ex sabrosito —que actualmente no cuenta con un nombre, y se continúa eligiendo una designación adecuada entre los que se propusieron la noche de inauguración— volvió a abrir sus puertas la noche del miércoles 20 de junio, después de un mes de arduo trabajo de reestructuración del café que se encuentra en el pasaje de la cultura en la Pérez Velasco.
Varios grupos de música se encargaron de darle ese toquecito necesario para que la noche sea única. Desde cantar con música trova hasta reventarse con punk, la gente que estuvo presente pudo desfogarse como mejor le parecía. Los malabaristas, cuenta cuentistas y más no pudieron faltar en el inicio de “éste, nuestro lugar” como varios lo denominaron.
Los grupos que tocaron en la inauguración, y de seguro van a estar otras veces, fueron: Ellaladrástico, Qhana, Nativo, Dúo Yaa, Gato Diablo, Ukamau y ke, Tuberculosos, el Nico acompañado de Vadick., vocalista de Camaleón.

Aptaphi de bienvenida
Como ya estaba anunciado, lo anfitriones invitaron aptaphi a toda la gente que además de apreciar buena música aprovechó el momento para reencontrarse con amigos que hace tiempo no veían, mientras degustaban de unas papas con queso y el tradicional ají de maní. Y como era de esperarse muchos e quedaron sin darle una probadita la comida que Vicky preparó durante la tarde de ese día.

¿Y el nombre?
Este lugar se conoció cuando ahí funcionaba el Sabrosito que de un tranquilo snack en el día se convertía en la noche en una cueva de escritores, anarquistas, pintores y más gente de esa calaña, cuando doña Tere, mamá de Zergio Ustárez, le delegaba a él el cuidado del sabrosito.
Los actuales encargados consideraron que como comienza una nueva etapa en este lugar tiene que cambiar desde cero, por ello el día de la inauguración en la ventana que estaba un cartel que decía “sugiere el nombre”. Las propuestas del nombre eran tan distintas como eran las personas que fueron esa noche. Estos son algunos nombres: El rincón libertario, La taberna, Pa’ no olvidar, Babel, La Jacinta…, El boliche sin nombre, Estoy en el reloj, Localucho, El Chukuta, Peligrosos son los vidrios, El más mate con té, La ratonera, Ojo negro, Sucumbé, El rinconcito pico verde, Hombres tomando, El Pérez no se para, Malucos Bar y otros, quizá uno de estos sea el elegido, la noche del viernes que será el bautizó oficial.

¿Qué hay en el boliche?

Si bien no hay mucho espacio, en el café se encuentra muchas cosas. Desde la entrada se aprecian cuadros en las paredes y en el aparador que está frente a la ventana. Hay artesanías y cerámicas. Las mesas son muy peculiares, pues están pintadas y dibujadas por reconocidos artistas plásticos paceños. En la parte izquierda está posesionado un gran estante que sirve para albergar a libros de todo tipo, desde literatura boliviana hasta educación universal. A todo esto la gente puede acceder si se va a tomar un café o si se quiere un vino, para gustos hay de todo.


Algunos de los invitados